martes, 9 de febrero de 2010

EL AMOR


Y Dijo Almitra: Háblanos del Amor.

Y él levantó la cabeza, miró a la gente y una quietud descendió sobre todos. Entonces, dijo con gran voz:

Cuando el amor os llame, seguidlo.

Y cuando su camino sea duro y difícil.

Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos. Aunque la espada entre ellas escondida os hiriera.

Y cuando os hable, creed en él. Aunque su voz destroce vuestros sueños, tal cómo el viento norte devasta los jardines.

Porque, así como el amor os corona, así os crucifica.

Así como os acrece, así os poda.

Así como asciende a lo más alto y acaricia vuestras

más tiernas ramas, que se estremecen bajo el sol, así descenderá hasta vuestras raíces y las sacudirá en un

abrazo con la tierra.

Como trigo en gavillas él os une a vosotros mismos.

Os desgarra para desnudaros.

Os cierne, para libraros de vuestras coberturas.

Os pulveriza hasta volveros blancos.

Os amasa, hasta que estéis flexibles y dóciles.

Y os asigna luego a su fuego sagrado, para que podáis convertiros en sagrado pan para la fiesta sagrada

de Dios.

Todo esto hará el amor en vosotros para que podáis conocer los secretos de vuestro corazón y convertiros,

por ese conocimiento, en un fragmento del corazón de la Vida.

Pero si, en vuestro miedo, buscareis solamente la paz y el placer del amor, entonces, es mejor que cubráis

vuestra desnudez y os alejéis de sus umbrales.

Hacia un mundo sin primaveras donde reiréis, pero no con toda vuestra risa, y lloraréis, pero no con todas

vuestras lágrimas.

El amor no da nada más a sí mismo y no toma nada más que de sí mismo.

El amor no posee ni es poseído.

Porque el amor es suficiente para el amor.

Cuando améis no debéis decir: «Dios está en mi corazón», sino más bien: «Yo estoy en el corazón de Dios.»

Y pensad que no podéis dirigir el curso del amor porque él si os encuentra dignos, dirigirá vuestro curso.

El amor no tiene otro deseo que el de realizarse.

Pero, si amáis y debe la necesidad tener deseos, que vuestros deseos sean éstos:

Fundirse y ser como un arroyo que canta su melodía a la noche.

Saber del dolor de la demasiada ternura.

Ser herido por nuestro propio conocimiento del amor. Y sangrar voluntaria y alegremente.

Despertarse al amanecer con un alado corazón y dar gracias por otro día de amor.

Descansar al mediodía y meditar el éxtasis de amar.

Volver al hogar con gratitud en el atardecer.

Y dormir con una plegaria por el amado en el corazón y una canción de alabanza en los labios.




Khalil Gibrán - Extraído del libro "El Profeta"

4 comentarios:

"MISS VERY" dijo...

Comparto palabras del eterno poeta de las tierras libanesas,que con sus libros nos invita permanentemente a visitar el desconocido territorio de nuestra alma.
Es uno de mis favoritos...

Espero que lo disfruten.
Cariños!!!!

MEIGANOVA dijo...

Desde luego es precioso.Tienes un blog muy bonito, se ve que eres muy sensible y dulce.Me encanta esta entrada.

"MISS VERY" dijo...

El amor no da ni toma nada, excepto de sí mismo.
(Khalil Gibran)

Trasno dijo...

Hermoso

¡¡Cumpleaños de verydiro!!

¡¡AMIGO TILDA PLAY Y ESCUCHA MÚSICA DEL ALMA!!


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¡¡Una luz contra el cáncer... no dejemos que se apague.!!

Vela contra el cancer