Dueña de mi destino

Yo no quiero palabras ocultas y irientes.
Yo no quiero fríos besos cada mañana.
Yo no quiero un amor indeciso.
Yo no quiero una soledad como una sombra.
Yo no quiero una luna indomable.
Yo no quiero el viento ardiente sobre las estrellas
Yo no quiero la tempestad de la distancia.
Yo no quiero la identidad que nos separa.
Yo no quiero llorar en el sendero de la ilusión perdida.
Yo no quiero que caija la hora de la venganza.
Yo no quiero que las bestias me griten en el oído.
Yo no quiero las pupilas sedientas.
Yo no quiero oscuros causes donde la sed sigue.
Yo no quiero sumergirme en un nido de vértigo.
Yo no quiero que mi sonrisa deje de extenderse.
Yo no quiero que soples en mi corazón.
Yo no quiero pájaros enjaulados.
Yo no quiero mascaras en las paredes.
Yo no quiero polvorientos sueños.
Yo no quiero de desamparadas pasiones y besos
Yo no quiero que el frió sacuda la razón.
Yo no quiero ser feliz porque sí.
Yo no quiero que falte luz de tu energía.
Yo no quiero el vació de es sin ti mi vida.
Yo no quiero dejar de ser dueña de mi destino.

Día de la Madre

El origen de las celebraciones del Día de la Madre surgen de la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades.En el santoral católico, los primeros cristianos transformaron estas celebraciones en honor a la Virgen María, la madre de Jesús. Y es así como comienza en todo el mundo a celebrarse en diferentes fechas el Día de la Madre, desde diferentes culturas, ideologías y status sociales. Todas las diferencias se neutralizan en el amor, incondicional, desinteresado, de una madre a sus hijos.

Por eso, TerritorioDigital.com entrevistó a algunas madres, de diferentes ideologías y clases sociales para dar una voz más plural de las diferentes realidades que viven las madres misioneras, y de esta manera compartir con los lectores sentimientos que acompañan la experiencia de sentimiento de ser madre en los diferentes momentos de nuestra historia.

“En los setenta me pasó de todo”, contó Catalina Sosa, 73 años, ama de casa y vendedora en un puesto en la placita de Posadas.Ella relató: “Me case muy joven, a los 15 años, mi marido murió de una enfermedad terminal en el 78 y me quedé sola con mis diez hijos, salí a trabajar en la placita para poder darles de comer y que puedan estudiar y ser alguien en la vida. Después uno de mis hijos varones fue preso político, ese fue otro gran dolor.

Me convertí madres paridas por sus hijos, mujeres que se negaron a aceptar la amnesia oficial, luchadoras contra el silencio y la burla, en tiempos de una dictadura militar que se autodenominó Proceso de Reorganización Nacional”.

“En los 90 uno de los varones de mis 10 hijos muere en un accidente, Sufrí muchísimo, la vida no me fue fácil, es lo que me tocó vivir pero enfrente todo y salí por mis otros hijos y el deseo de estar con ellos. Me tuve que acomodar a todos los tiempos, junto a mis nietos y bisnietos inclusive a la era del celular” concluyó Catalina. Soledad Dos Santos, 23 años, comentó que es madre soltera, tiene un hijo de dos años y vive en el barrio San Lorenzo de Posadas.

Se gana la vida como empleada domestica y cuenta que todo lo hace por su hijo, el amor hacia un hijo no se puede describir, “hay que sentirlo, hay que haber sido madre para entender el sentimiento”.

“Antes veía el amor de las madres desde afuera, pero no lo asimile hasta que experimente el sentimiento de ser madre”, agregó Soledad. Para la docente posadeña Elvira Leiva (54 años), afirmó que “luchó todos los días por mi vida para poder estar con sus hijos”. Elvira tiene una enfermedad inmune, que no tiene cura y ella aseguró: “lo que me mantiene viva es el deseo de estar con mis hijos, nietos y hermanos, en si continuar compartiendo momentos con mi familia”. Estela González, 50 años, ama de casa, contó que ser madre para ella es “mantener unida mi familia, es el legado que me dejó mi mamá, disfrutar de las pequeñas cosas cotidianas de la familia”. “Se continúa en la madre que soy y en la madre que será mi hija. Por eso no apunto a la perfección, que se equivoque para que yo pueda equivocarme. Que pierda la compostura, que se confunda, que se le vaya la mano con la sal, que me mienta, que me desmienta. Así voy a saber que vengo de un ser humano, y hacia un ser humano voy” relató Estela.

Por último, Ximena Silva (30 años), es la voz de las madre soltera: “Yo crié sola a mi hijo, pude contra viento y marea, sola día a día, peleándola por el amor que le tengo a mi hijo, ese amor inconmensurable”.

“Aprendí y aprendo muchas cosas diariamente, como que tan sólo podemos perdonar a una madre que para nosotros cometió errores, por que estuvo poco, o por que estuvo mucho, porque se abocó a la limpieza o no, si nos enseño tal cosa o no, sólo el día que también seamos madres, entenderemos que no hay recetas, ni estudios solo es el impulso de ser madre. Y exigir que nos perdonen, sin bajar los ojos. Una madre no termina nunca”.

En estas voces de mujeres comunesl quiero resaltar el espíritu de las madres misioneras. Para todas ellas ¡Feliz día a Mamá!

Madre...

¡Oh, madre adorada!

has dado todo por tus hijos.

Día a día entregas tu amor.

Eres aquel manantial viviente

erguido frente a Dios,

que bendice desde allí,

la belleza de tu alma venerase,

para que jamás se apague

la llama sagrada de tu amor.

Viaje de Cristóbal Colón

Los primeros en iniciar la búsqueda de una ruta para llegar a Asia fueron los portugueses. Sus descubrimientos en África y Asia realizados a partir de la segunda mitad del siglo XV, significaron una escuela en las artes de la navegación para muchos capitanes y hombres de mar.Entre esos hombres se encontraba Cristobal Colón, él creía que en las distantes tierras de la India, China y Japón eran ricas en especias, sedas, piedras preciosas y en especial oro. Sin embargo, no se tenía certeza de que estos países existieran en realidad, pues nadie, a excepción del navegante veneciano Marco Polo que hacía 200 años había estado allí.

Marco Polo decribió detalladamente esas tierras en un libro, siendo esa obra la base del conocimiento europeo de dichos territorios y del cual este marino genovés tenía un ejemplar.Colón pensaba que como la Tierra era redonda, lo que pudo confirmar cuando vió el mapa de Pablo Toscanelli, geógrafo italiano; decidió navegar hacia el Japón encaminándose hacia el oeste a través del Atlántico. Según sus cálculos, Japón se localizaba a 4.500 kilómetros al oeste de las islas Canarias.

En 1484, presentó su plan al Rey de Portugal, quien no lo aceptó porque estaba más interesado en Africa. Entonces viajó a España donde llegó a un acuerdo con los Reyes Católicos: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, quienes le otorgaron los títulos de Virrey y Almirante de las tierras que descubriera y derechos económicos en las empresas que organizara.

El 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón partió pues del Puerto de Palos, en la costa de Andalucía, con dos carabelas (La Niña y La Pinta), una nave (La Santa María) y una tripulación de unos 120 hombres. Con los hermanos Martín y Vicente pinzón a cargo de las dos carabelas y Colón al frente de la nave, se dirigieron por la costa africana hasta las islas Canarias y de allí partieron al oeste, pero al pasar los días la desesperación se hizo presente en los tripulantes y se amotinaron, Colón controló la situación al prometer que si en tres día no avistaban tierra regresarían a España.

El 12 de octubre de 1492, a las 2:00 am y después de 72 días de navegación, el marinero Rodrigo de Triana divisó tierra firme. Cristóbal Colón y su expedición llegaron a la isla que los nativos llamaban Gunahaní, Colón la bautizó como San Salvador y estaba ubicada en el archipiélago de las Bahamas. Después siguió explorando la zona y pronto llegó a la actual Cuba, a la que llamó Juana. Él estaba convencido de haber llegado a las Indias Orientales y por eso llamó "indios" a sus habitantes.

Después se dió a la tarea de buscar la residencia del Gran Khan, por lo que recorrió parte del norte de Cuba en dirección poniente y llegó a la isla que hoy es de Haití y de la República Dominicana, que bautizó como La Española. Allí construyó un fuerte con los restos de la Santa María que se había estrellado y naufragado. Ese refugio se llamó Navidad y fue el primer asentamiento español en América. El 4 de enero de 1893, Cristobal Colón regresó a España con las dos carabelas que le quedaban y con 40 hombres menos, ya que los dejó en el fuerte Navidad.

En Barcelona, los Reyes Católicos lo recibieron solemnemente, porque llegó mostrando seis aborígenes, algunos frutos exóticos como la piña, papagayos y algo de oro. El éxito y fama de esta expedición le permitió obtener el financiamiento para un segundo viaje. El 25 de septiembre de 1493, Colón zarpó del puerto de Cádiz, España; ahora eran 17 barcos y 1200 hombres. Llegaron cuarenta días después a las Antillas y la isla de Puerto Rico, que llamó San Juan. Sin embargo cuando llegó a La Española, el fuerte estaba destruido y sus hombres muertos a causa de conflcitos con los indigenas del lugar.

Colón entonces fundó otro asentamiento llamado Isabela en honor a la reina de España y donde comenzó la labor evangelizadora. En Isabela dejó algunos hombres y otros regresaron a España por falta de alimento y enfermedad; mientras tanto Colón seguia explorando el mar de las Antillas topándose con otra isla (Jamaica). Al regresar a Isabela se encontró con un completo caos, ya que sus hombres se mataban entre si y obligaban a los indios a entregarles oro y por otro lado los que regresaron a España lo acusaron de tirano e inepto, por lo que tuvo que regresar para presentar su defensa ante los reyes católicos.

El 30 mayo de 1498, Colón partió de España en un tercer viaje con 6 naves y el 31 de julio llegó a Trinidad. Luego pasó a las costas de Venezuela, descubrió las islas de Tobago y Granada, Margaritas y Cubaga. Colón al regresar a La Española que se había quedado bajo la dirección de sus dos hermanos (Bartolomé y Diego), se encontró con sublevaciones a la autoridad por parte de españoles y a causa de la ansiedad por encontrar oro; a lo que Colón respondió con el ahorcamiento de varios de ellos aumentando las rebeliones.

Ante esta circunstancias, los reyes mandaron a la Española a Francisco de Bobadilla, que al ver los métodos represivos de Colón y sus hermanos, los arrestó y los mandó encadenados a España.

Los reyes en consideración a sus servicios, retiraron los cargos contra Colón y sin el mismo apoyo, en abril de 1502 volvió a embarcarse para ir en la búsqueda del tesoro del Gran Khan. Esta vez recorrió Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, pero debido a las tempestades que destruyeron sus naves regresó a Jamaica. Allí fue rescatado muy enfermo y devuelto a España en 1504, donde murió dos años más tarde.

Fuente:http://www.ensubasta.com.mx