jueves, 30 de julio de 2009

Hay Perlas


Hay perlas en la profundidad del mar.

pero si quiere tenerlas

debes afrontar todos los peligros

Si después de zambullirte una sola vez en el agua,

no las encuentras, no llegues a la conclusión

de que no hay perlas en el mar.

Sumergete una y otra vez, y ten la seguridad

de que al final tendrás tu recompensa.

Del mismo modo, cuando buscas a Dios,

si no logras verlo en ti primera tentativa

y tu esfuerzo te parece inútil, no te descorazones.

Persevera en el intento y es seguro que al final

lograras realizarlo.

lunes, 27 de julio de 2009

Odiarse a si mismo




Autor: José Luis Martín Descalzo
Cada vez me impresiona más el número de muchachos que me encuentro en la vida que se odian a si mismos. No digo que «estén descontentos de sí mismos» (cosa que me parece natural y magnífica), sino muchachos que no se soportan tal y como son, que se rechazan a sí mismos, y lo que es mucho peor, que se odian y se desprecian cruelmente.Los muchachos, ya lo sé, son todos -fuimos todos también- un poco melodramáticos, y cuando se autodefinen como «basura», como «un idiota de mierda» o aseguran que «se dan asco», hay que rebajarles siempre un poquito. Pero hay que aceptar que su sufrimiento es verdadero. Y que pocos hay tan serios como este de que los que no se aceptan a sí mismos.¿De dónde viene este autodesprecio? A veces llega de hechos objetivos, graves, aunque no invencibles, como podría ser el haberse encontrado atrapados por la droga o el descubrir en si tendencias -sexuales menos normales. Otras, el desprecio surge de anécdotas transitorias, pero para ellos tremendas: un fracaso amoroso o un trabajo que tarda en encontrarse. Pero con frecuencia viene también de dolores imaginarios: gente que no se acepta porque es gorda, o porque es fea, o porque hubiera querido añadir un palmo a su estatura, o porque se experimentan cobardes o perezosos.Yo sé, naturalmente, que cada caso es cada caso y que es absurdo generalizar, pero por si a alguien le sirve me gustaría contar algunas cosas.La primera es que nadie es un bicho raro, aunque «todos» en la adolescencia nos hayamos creído que lo éramos. A los diecisiete-veinte años nos nace la personalidad y brotan dentro dos aspiraciones contradictorias: una según la cual quisiéramos ser como los demás y otra que nos empuja a realizar nuestra individualidad. Sólo el paso del tiempo nos ...

¡¡Cumpleaños de verydiro!!

¡¡AMIGO TILDA PLAY Y ESCUCHA MÚSICA DEL ALMA!!


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¡¡Una luz contra el cáncer... no dejemos que se apague.!!

Vela contra el cancer