sábado, 16 de febrero de 2008

Angel Gregorio Villoldo

stenta el título de “Padre del tango”, un poco exagerado porque fueron muchas las circunstancias que originaron nuestra música. Pero su gravitación fue tan importante en sus inicios y desarrollo que lo hizo merecedor del apelativo. Es el gran transformador de los tanguillos españoles, los cuplés, las habaneras, convirtiendo esas músicas en un son del Río de la Plata.

Artista natural no esquivó ninguna actividad que le permitiera ganar dinero para vivir. Se comenta que fue tipógrafo, payaso de circo y cualquier otro menester que le requirieran.
También fue cuarteador en los barrios alejados del centro de la ciudad. Personaje de a caballo que esperaba al pie de las barrancas la llegada de un carro grande o de un tranvía para ayudarlo a subir la cuesta o salir del barro. Esto significaba enganchar el vehículo con una soga amarrada a su caballo y colaborar en el esfuerzo.

De pluma fácil escribió versos para comparsas carnavalescas y numerosos poemas y prosas para famosas revistas de la época: "Caras y caretas", "Fray Mocho" y "P.B.T.".

En toda su obra está presente la picardía, y sus diálogos estaban pensados en boca del hombre común y siempre referidos a situaciones reales del inquilinato, del barrio y muchas veces a cuestiones amorosas que retrataban la forma de hablar y comportarse del estrato social bajo de nuestra sociedad.

Su chispa, su fácil verba, le sirvió para entreverarse con payadores y para brindar actuaciones poco académicas y algunas veces decididamente procaces.
Siempre acompañado de su guitarra, con armónica adosada, supo contar historias cantando, que enfervorizaban a la concurrencia de los cafetines y tugurios.
Para ganarse la vida hizo grabaciones particulares recitando versos del peor gusto.
En 1889 publicó upor ser editado por la antigua Casa América en 1917.

Junto con Alfredo Gobbi y su esposa, la chilena Flora Rodríguez –padres del director y violinista Alfredo Gobbi- marchó a Francia para realizar registros fonográficos contratados por Gath & Chaves, una de las grandes tiendas argentinas de la época. Esto provocó un gran impulso a nuestra música en Europa y muchos de esos discos también se distribuyeron en Buenos Aires.
Pero su sitio de preeminencia lo ocupa como compositor. Sirva como ejemplo de su obra los tangos "El Porteñito", "El esquinazo", "La budinera", "Soy tremendo", "Cantar eterno", este último grabado en 1917 por el dúo Gardel-Razzano.

Todos estos temas tuvieron una gran aceptación en las orquestas locales que los incluyeron en su repertorio.
Pero el más importante fue sin duda "El choclo", por su melodía y su cadencia, que seguramente sería el tango emblemático de no haber existido "La cumparsita". A tal punto que una anécdota lo corrobora con exactitud. Durante la primera guerra mundial, el periodista argentino Tito Livio Foppa se encontraba en el frente alemán y en un ágape oficial un músico tocó el piano para agasajarlo e intentó ejecutar el himno nacional, pero en realidad tocó "El choclo" que lo había confundido con nuestra música patria.

Otro tango fundamental es "La morocha", de letra sencilla y hecha de apuro para su compositor Enrique Saborido, que en 1906 tuvo la fortuna de embarcar sus partituras en la Fragata Sarmiento, buque de instrucción de los cadetes de la armada, y es considerado el primer tango que se difundió en Europa.

Este singular músico y poeta nos dejó una obra muy extensa entre las cuales se destacan "El torito", "Cuidado con los cincuenta", "Una fija", "Yunta brava", "El cachorrito", "Pineral", "El pimpollo", "Trigo limpio", "La bicicleta", etcétera.

Otra de sus obras, la milonga "Matufias (o el arte de vivir)", es un aporte al conocimiento de nuestra historia a partir de una descripción costumbrista impecable, que sintetiza el valor artístico de este singular creador.na recopilación de cantos criollos, versos que le pertenecían y que eran para cantar con guitarra.

En 1916 publica otras canciones de hondo contenido patrio titulada “Cantos populares argentinos” en conmemoración al centenario de la declaración de la Independencia.
Fue autor de un método moderno para aprender guitarra por cifra, denominado “Método
América”

Leido en:http://.www.todotango.com

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Fiesta de la Pachamama

Todos los años durante tres días se congregan, en un pueblo tucumano, miles de adoradores de la Madre Tierra, esa fecunda naturaleza que hace germinar las semillas y madurar los frutos. Desde hace décadas, el evento organizado y financiado por los empeñosos vecinos del lugar atrae a una multitud de curiosos tucumanos y a muchos turistas.

Curtidos criollos, jóvenes, viejos, niños y mujeres, con el rostro endurecido por el viento y el sol, repiten la antiquísima fórmula incaica "Pachamama, cusiya, cusiya" (Madre Tierra, ayúdame, ayúdame). Esto sucede todos los años en Amaicha del Valle, allí es donde, cada mes de febrero, tiene lugar uno de los últimos rituales del folklore argentino que aun sobreviven, la Fiesta de la Pachamama.

El ambiente de la fiesta es tan rústico como el del pueblo y sus habitantes. En torno de la plaza son montadas las enramadas de hojas secas soportadas por maderas, que se denominan pascanas, especie de quioscos típicos en los que se expenden comidas regionales. Tampoco falta el vino patero, así llamado por el procedimiento de pisar "a pata" la uva sobre cueros para destilar el mosto.

La región de alta montaña provee la algarroba con que se elabora la aloja, el maíz para la chicha y los apetitosos quesillos de cabra, a los que se suman las infaltables y sabrosas empanadas.

Sombreros de ala ancha levantada, polleras de colores vivos, manos duras y callosas. Ante los azorados turistas los artesanos vallistos (de los Valles Calchaquíes) se empeñan en tejer sorprendentes tramas para ponchos, mantas y otros elementos de abrigo. Sin embargo, la Fiesta de la Pachamama es bastante más que un pretexto para buscadores de exotismo. No se parece a los festivales folklóricos, pues sus participantes carecen de nombres artísticos y no figuran jamás en ninguna cartelera. Los hombres calchaquenses son héroes anónimos del canto.

A lo largo de tres días, en el clima seco y árido de la zona, todo tiene características de carnaval. Cajas de duros parches acompañan antiguas vidalas y bagualas. Las flores y las frutas se acomodan junto a la albahaca que da aroma al aire espeso de polvaredas donde hacen lo suyo los bailarines y los niños corretean graciosamente.

La fiesta de la Pachamama tiene varias ceremonias. Algunas muy formales, como la misa de Acción de Gracias en la capilla. Otras, como los topamientos a pie o a caballo, capaces de despertar el mayor asombro: bajo arcos de sauces, hombres y mujeres se alborotan al grito de coplas y batir de cajas. Se echan almidón y papel picado, se intercambian fugazmente coronas de flores o de albahaca.

Tras un breve intercambio de saludos, el ritual del topamiento convierte a sus participantes en comadres y compadres, que deberían unirse en mutua lealtad para toda la vida.

Pachamama: SeñaladaProdigiosa, multicolor, la Fiesta de la Pachamama es motivo para la señalada o multiplico: Se acorrala una manada de cabras, se les secciona las orejas (cuyas muescas se guardan en una bolsita o "chuspa") y se coloca un vistoso zarcillo de colores a los animales mutilados. Luego se "casa" una pareja de cabras, se esparce el vino, se guarda la "chuspa" en un agujero en la tierra y los animales son liberados para que se multipliquen en el agreste cerro.

Pachamama: Señalada
Cuando surge el nombre de la mujer que ha sido elegida Pachamama (privilegio al que acceden sólo las de mayor edad), la Madre Tierra recibe los atributos y es montada en un trono de piedra cubierto con ponchos o en una carroza adornada, el aipa, tirado por un burro, siendo acompañada por el Yastay -padre de los animales-, el Pujllay -el Diablo- y la Ñusta, bella joven que representa los frutos de la tierra. Presiden entonces el desfile de carrozas alegóricas, adornadas con guirnaldas y reveladoras de la ingenua y fértil imaginación de los vallistos.

Pachamama: Misachico
La algarabía prosigue tras el Misachico, la procesión que conduce una imagen religiosa hasta la iglesia para ser bendecida, entre batir de cajas y estampidos de ristras de cohetes. Al atardecer las coplas lanzan al aire el sortilegio de nuevos versos, con un tono que las acerca al grito cantado.

Pachamama: Misachico
Rica mezcla de paganismo y creencias cristianas, de tristeza y alegría, la Fiesta de la Pachamama desgrana sus tres veladas al amparo de la dura piedra de la montaña tucumana.

Pachamama: Misachico
Por pocas horas, los paisanos amaicheños de rostro adusto olvidan sus penas, miserias y angustias en la existencia que los une a la soledad y el misterio.

Leido en:www.tucuman-ar.com

P/D:Tiene su origen en antiguos festejos vinculados a la Madre Tierra y su asociación con la fertilidad de los ganados y de los cultivos, por lo que originalmente se celebraba a principios de la primavera.

En ella se entonan hasta la madrugada los clásicos joy - joy, cantos desgarrados de sencillas coplas anónimas, intercalados con gritos y acompañados sólo por la percusión de una caja. También se organizan bailes con ritmos de música tradicional. Normalmente los festejos duran una semana y en el último día una mujer elegida entre las más ancianas del lugar asume el papel de la “Pachamama”.

Lujosamente vestida, monta a caballo o va sobre un carro tirado por bueyes, acompañada por la ñusta, joven doncella símbolo de la fertilidad, el yastay, dios de los animales y de la caza, y el pujllay, espíritu alegre del carnaval, semejante a un fauno. El ambiente de festejo es tan rústico como el pueblo y sus habitantes. En torno a la plaza, se montan pascanas, especie de kiosco donde se expenden comidas regionales y vino patero.

Durante la celebraciòn de est fiesta se exponen y venden diferentes productos de la regiòn.
Tambièn se celebra esta fiesta en Casabindo, Jujuy.

Michel Onfray,el filósofo francés que desafìa a los circulos acadèmicos


Hay una universidad en la ciudad de Caen, Francia, donde un filósofo llamado Michel Onfray dicta clases ante auditorios masivos. No son alumnos tradicionales, son personas que van a la universidad a aprender sin buscar títulos sino saberes finamente seleccionados. Ese espíritu es el que rige la escritura de este pensador que se mantiene alejado de los círculos académicos, a los que suele defenestrar. Produce textos libres que combinan filosofía con gastronomía, religión, anarquismo, historia y la búsqueda del placer, entre otras disciplinas y ocurrencias.

Muchos de esos libros (escribió más de cuarenta) se han editado aquí o importado y se leen apasionadamente. Tan sólo durante el año 2007 se publicaron cuatro: La filosofía feroz (Libros del Zorzal); La potencia de existir. Manifiesto hedonista (De la Flor); El cristianismo hedonista. Contrahistoria de la filosofía II y Las sabidurías de la antigüedad (Anagrama). Hay un interés creciente en su pensamiento y en su actitud antiintelectual que seduce y multiplica lectores argentinos.

En los 90 algunos de sus libros comenzaron a circular: La razón del gourmet y El vientre de los filósofos, por ejemplo. Esa ocurrencia de analizar desde la filosofía los hábitos culinarios llamó la atención y su nombre comenzó a circular en librerías, facultades y círculos de discusión filosófica por fuera de las universidades. Después se conoció un muy entretenido libro sobre la vida de los filósofos cínicos y de Diógenes en particular, Cinismos. El ateísmo y el hedonismo son los temas que ocupan su pensamiento desde siempre.
El libro Tratado de ateología vendió 200 mil ejemplares sólo en Francia y también provocó reacciones subidas de tono por parte de todo tipo de grupos religiosos. Se publicaron tres libros que intentaban rebatir sus postulados y también se abrió un blog titulado "Contre Michel Onfray". Allí hacen cola intelectuales y creyentes en general para pegarle a Onfray. Dice el blog: "Michel Onfray, nacido en 1959 (después de JC) pretende desquiciar todo. Inspirado en las corrientes de ideas marxistas y nietzscheanas, predica la descristianización. Sus propuestas son virulentas, cultiva el desprecio, propaga ideas calumniantes y blasfemas". Se podría decir que también se encargó de historizar el placer o su carencia. El suyo también es un camino para fustigar al cristianismo y al mismo tiempo rescatar, en El cristianismo hedonista, a santos heréticos y sabios licenciosos cristianos que participaron de banquetes sexuales.
Onfray tuvo una infancia muy dura, sin familia. Gracias a la filosofía se repuso de un duro comienzo: "La filosofía me permi tió sobrevivir a la tragedia que fue para mí ser enviado a un orfanato por mis propios padres cuando yo tenía diez años. Los libros, la lectura me salvaron en ese momento y después, me garantizaron la salvación nuevamente en mi adolescencia, cuando la filosofía funcionó en mí como el sentido, la verdad, la certeza, la razón que nadie me había transmitido: creo que la filosofía es una terapia, lo que siglos de filosofía mostraron, siempre que no fueran cristianos...", dice desde Argentan, su ciudad natal. Onfray utiliza una ametralladora de ideas. Son metrallas tan celebradas como resistidas. Lectores apasionados como enfurecidos lo leen.

Por: Héctor Pavón

Leido en: http://www.clarin.com

¡¡Cumpleaños de verydiro!!

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