Hay perlas en la profundidad del mar.
pero si quiere tenerlas
debes afrontar todos los peligros
Si después de zambullirte una sola vez en el agua,
no las encuentras, no llegues a la conclusión
de que no hay perlas en el mar.
Sumergete una y otra vez, y ten la seguridad
de que al final tendrás tu recompensa.
Del mismo modo, cuando buscas a Dios,
si no logras verlo en ti primera tentativa
y tu esfuerzo te parece inútil, no te descorazones.
Persevera en el intento y es seguro que al final
lograras realizarlo.