miércoles, 13 de febrero de 2008

Las Puertas Del Paraíso



Un soldado, de nombre Nobushigé, acudió a Hakuín y le preguntó:
‑¿Existe realmente un paraíso y un infierno?

—¿Tú quién eres?, —indagó Hakuín.

—Un samurái, —respondió el otro.

—¿Tú, un guerrero?, —exclamó Hakuín. ¿Qué clase de señor podría querer tenerte a su servicio? Tienes facha de mendigo.

Nobushigé se encolerizó tanto, que echó mano a la espada, pero Hakuín continuó:

—¡Con que tienes un arma! Pero seguramente eres demasiado torpe hasta para cortarme la cabeza.

Y, cuando ya Nobushigé desenvainaba, dispuesto a golpear al maestro, Hakuín observó: —Esto que tú sientes es la puerta del infierno.

Sorprendido por la respuesta y la tranquila seguridad del maestro, el samurái envainó el sabe y se inclinó respetuosamente. Y dijo Hakuín: —Esto que tú sientes es la puerta del paraíso.

Un cuento zen

1 comentario:

Analía Pascaner dijo...

Un cuento con una buena enseñanza, gracias por compartirlo, querida Very.
Un cariño.
Analía

¡¡Cumpleaños de verydiro!!

¡¡AMIGO TILDA PLAY Y ESCUCHA MÚSICA DEL ALMA!!


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Vela contra el cancer