ENTONCES FUE LA VIDA
Echó un vistazo, suspiró nostalgia, tragó recuerdos. Irguió la frente con la antigua convicción de saber qué hacía. (¿Sabía?). Descendió infiernos hasta tomar la calle y mezclarse con el gentío. Allí, a salvo de pesadillas, seguiría sus delirios.
Recordó elegías entonadas antaño, cuando libre escogía caminos y muecas; cuando dependía de él y los fantasmas aún no lo habían encontrado. Por un momento sonrió.
Por un momento.
Su vida eran retazos desperdigados en límites inexistentes. No conservaba memoria de ellos. Eso lo hacía diferente.
Entre otras cosas.
Acalló máscaras que musitaban a su alrededor secretos que él sabía de memoria. Secretos que emergían ahora y se enmarañaban en carruseles de ideas que pretendía ajenas.
Siempre se sintió extranjero en su lar.
Siempre fue nadie buscándose en espejos y charcos.
Siempre se supo otro dentro de sí.
Volvió sobre sus pasos, no echó vistazos, exilió nostalgia, vomitó recuerdos y renaciò el ser humano.
©Viviana Álvarez
http://www.entonceslapoesia.blogspot.com/
viernes, 16 de mayo de 2008
Viviana Álvarez
Etiquetas:
Escritores Contemporáneos
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