De acuerdo a la concepción cristiana, durante la Semana Santa se evoca la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Es el momento más sobresaliente del calendario litúrgico.
Ahora bien, la pregunta es ¿qué relación tienen los íconos de la Pascua que hoy conocemos, tales como los huevos, las roscas y los conejos, con esta celebración? ¿Verdaderamente, se otorga hoy el mismo sentido religioso a esteacontecimiento como en la antigüedad?
Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha observado distintas festividades, consideradas sagradas para muchos feligreses. Sin embargo, con frecuencia ocurre que lo sagrado se mezcla con lo profano, formando un sincretismo de múltiples culturas. Muchas observancias paganas fueron cambiando de fecha, hasta coincidir finalmente, con la celebración de la Pascua.
El verdadero origen de la Pascua se remonta al año 1513 antes de Cristo, cuando el pueblo judío emprendió su éxodo desde Egipto, hacia la Tierra Prometida. Se celebraba cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo.
En la víspera del primer día, se comían hierbas amargas mojadas en vinagre, para recordar la tristeza de la servidumbre. Y se narraban en tono cadencioso cánticos que hacían alusión a las diez plagas de Egipto.
Las pirámides de Egipto, testigos de la presencia del pueblo hebreo en el valle del Nilo.
El cordero de Pascua era escogido por cada familia. Con el tiempo, la ceremonia de inmolación fue llevada a cabo por la clase sacerdotal. El animal debía ser un macho cabrio, sano y de un año de edad. Se inmolaba al finalizar el día; y por la noche se comía con lechugas amargas. No estaba permitido romper sus huesos, ni dejar restos de carne. Por esta razón, los israelitas se reunían en grupos, para cumplir con las prescripciones de orden sagrado.
Durante los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita correspondiente a marzo - abril del calendario español), el pueblo hebreo sólo comía pan sin levadura (no fermentado), al que llamaban "ázimo" o "pan de aflicción".
Por su parte, para los cristianos, la Pascua es la fiesta instruida en memoria de de la resurrección de Cristo.
El registro bíblico dice que la noche anterior a su muerte, Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la Pascua judía. Posteriormente, instituyó lo que se conoce como la "Cena del Señor", y dijo a sus apóstoles "Sigan haciendo esto, en memoria de mi" (Lucas 22:19). La Cena del Señor debía celebrarse una vez al año; con ella se conmemoraba la muerte de Cristo.
La Nueva Enciclopedia Británica explica que los primeros cristianos celebraban la Pascua del Señor, al mismo tiempo que los judíos, durante la noche de la primera luna llena pascual (del día 14 de abib), del primer mes de primavera (14-15 de Nisán).
A mediados del siglo II, la mayoría de las iglesias había trasladado esta celebración, al domingo posterior a la festividad Judía. El Viernes Santo y el día de la Pascua Florida no empezaron a celebrarse como conmemoraciones separadas en Jerusalén, hasta finales del siglo IV. (Fuente: Seasonal Peast and Festivals).
Antiguamente, los clérigos eran los encargados de bendecir el cordero pascual y luego lo repartían entre ellos. Más tarde, el cordero fue sustituido por pequeños pasteles de carne de cordero, que se distribuían a los feligreses, luego de la misa.
Otros registros históricos mencionan que los orígenes de la Pascua Florida (en ingles "Easter") se remontan a la fiesta primaveral en honor a la diosa teutónica de la luz y la primavera, conocida como "Easter". (The Westminster Dictionary of the Bible).
La primavera era una época sagrada para los adoradores fenicios del sexo. Los símbolos de la diosa de la fertilidad; "Astarté" o "Istar" eran el huevo y la liebre. En algunas estatuas se la representa con los órganos sexuales toscamente exagerados, mientras que en otras figuras aparece con un huevo en la mano y un conejo a su diestra.
La popularidad de esta deidad, se debió en parte a la amplia difusión que tuvo en la antigüedad la prostitución sagrada, como pare del culto.
En Cartago, se descubrieron urnas de colores brillantes, debajo de monumentos erigidos en honor a esta diosa, que contenían huesos carbonizados de niños y adolescentes.
Sucede que los padres de las pequeñas víctimas (por lo general, personas de alto rango y con títulos) esperaban que los dioses bendijeran sus riquezas e influencias, mediante estos sacrificios humanos.
Según el libro Medieval Holidays and Festivals: "La celebración de la Pascua Florida recibió su nombre (Easter), en honor a Eostre, diosa germánica del alba y la primavera".
Cuenta la leyenda, que Eostre abrió las puertas del Walhalla, para recibir a Valder, conocido como el Dios Blanco, debido a su pureza y también, como el Dios Sol, porque se creía que su frente suministraba luz a la humanidad. Originalmente, estos ritos de la primavera fueron concebidos para "ahuyentar a los demonios del invierno".
Son notables las similitudes de los ritos; incluso la semejanza léxica y morfológica que tiene la palabra inglesa Easter (Pascua Florida), apenas diferenciada del nombre de la diosa pagana de la antigüedad (The Two Babilons, de Alexander Hislop).
Fue así como poco a poco, la tradición fusiona el significado cristiano con ceremonias paganas. Aquellos rituales, imposibles de desarraigar eran reasimilados bajo nuevas formas. El júbilo por el nacimiento del sol y por el despertar de la naturaleza, se convirtió en el regocijo por el nacimiento del sol de la justicia y por la resurrección de Cristo.
Basílica de San Pedro en Roma, sede administrativa y religiosa del Papa en la religión católica apostólica romana.
Pascua a la Argentina.
En Argentina, todos los Jueves Santos, y a media mañana, se celebra la misa crismal en la Catedral metropolitana. Así se da comienzo al triduo pascual de la Semana Santa, que antecede al Domingo de Pascua.
Participan de esta ceremonia todos los sacerdotes de la arquidiócesis de Buenos Aires; ocasión en la que el clero renueva las promesas sacerdotales que realizó cuando fue ordenado.
Por la tarde se oficia la misa de la cena del Señor, en la que se rememora la última cena de Cristo, junto a sus doce apóstoles, y la institución de la Eucaristía. Durante el oficio, el sacerdote celebrante lava los pies de doce ancianos como gesto de humildad.
En tanto que el Viernes Santo -día de ayuno y abstinencia-, un obispo vicario preside la Celebración, que evoca la pasión y muerte de Cristo. Al finalizar la jornada, se realiza el Vía Crucis, en la Plaza de Mayo y se recorren distintos templos aledaños.
El sábado está dedicado al lamento por la muerte de Jesús, mientras que el domingo se celebra la máxima fiesta de la Cristiandad pues es el centro del año cristiano.
En la provincia de La Rioja, por ejemplo, los feligreses peregrinan hacia el paraje denominado "Señor de la Peña", para evocar el sacrificio de Jesús. Se reúnen en un gran peñasco de quince metros de altura, ubicado en una zona desértica llamada "Barreal de Arauco", a 86 kilómetros de la capital riojana.
En la localidad de Tilcara, por las calles se efectúa la "Procesión del Cristo Yaciente". Y en cada esquina se colocan las tradicionales ermitas, que evocan pasajes bíblicos.
Lo cierto, es que poco a poco se va perdiendo en todo el mundo, el sentido religioso de esta celebración. Y por otra parte, habrá que ver qué se entiende, tanto hoy como ayer, por "significado religioso", ya que lo religioso no es exclusivo de las religiones más importantes de la humanidad que han perdurado hasta la actualidad.
La religiosidad, en todas sus formas, existe desde tiempos remotos y aunque sea reconfigurada bajo nuevas formas, nunca termina de perecer. En algunos casos, sobrevive en la exposición de este mundo caótico; pera también "otra" religión, de características antiguas, que subyace y que fluye como caldo de cultivo, desde las entrañas de la Tierra y la memoria.
Hoy la Semana Santa es para muchos, sinónimo de "mini-turismo". Y coma si fuera poco, desde el inicio de la Cuaresma, (los 40 días de preparación previos al domingo de Pascua), un tiempo supuestamente llamado al recato y a la penitencia, los obispos advierten la desnaturalización de esta conmemoración, provocada en parte por la continuidad de los festejos de carnaval.
Como quiera que sea, y pese a las distintas interpretaciones que tiene la celebración de le Pascua; este suceso continúa conmoviendo al mundo entero, creyentes o ateos. Porque más allá de lo sagrado o profano, la Pascua es una maravillosa conjunción de ritos, cultura, creencias y leyendas del imaginario y de la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario